jueves, 13 de agosto de 2009

Anemia Circular

Boca abajo. Escribo. Ya no me importa. No entiendo. Ganas de llorar. Me siento. Me paro. Se cae una lágrima. La seco. Golpean la puerta. Es papá. Acá estoy, pasá. Me mira. Quiero que me hable. Le pregunto como está. Me dice que bien. Está despeinado. Sus ojos brillan. Se va. No sabe para donde. Le digo. Lo pierdo. Enchufo la estufa. Prendo un cigarrillo. Qué lindo qué lindo el calor en los pies. ¿Qué me está pasando? Se abre la puerta. Mi gata. Entra. Ronronea. Le muerdo la panza. Se va corriendo. La pierdo. Me duelen los pulmones. No sé donde están. Me duelen igual. Me miro al espejo. Tengo ojeras. El pelo me cubre las tetas. Soy feísima. Soy mi papá. Siempre me lo dicen. Sonrío. Ahora soy hermosa. Tengo seis años y seis lunares. Uno debajo de la nariz. Dos colitas. Soy narcisista. Me amo. Me amo cuando me odio. ¿Seré linda cuando crezca? ¿Me moriré alguna vez? Ahora vuelvo a él. Imágenes sucias. Divinas. Mojadas. Lo detesto. Pero lo amo más. Lo veo verme y lo amo porque ya crecí. Los extraño a todos. A todos los que se fueron. Pero más a él. Era el más gordo. Sonrío otra vez. Me muero por fumar. Y ella no existe. Yo tengo el pelo más largo. Miro los edificios. Amarillentos. Yo siempre estaré a tu lado. Tengo miedo de fumar. No me quiero morir nunca, ¿y tu Quique? Lo armo, salgo. Abro la puerta. Me siento. Luna llena. Pálida. Siento que no tengo sangre. Entro. Papá otra vez. ¿Dónde vas? Estoy buscando a Ariel. Ariel no está. Vamos a la pieza. Lo abrazo. Quiero que el sí sea para siempre. Tal vez. Lo tapo. Apago la luz. Me choco con la cama. Puteo. Quiero agua. Mis mejillas están duras. Me encantan las cosas duras. Él vuelve. Está parado adelante mío. Sonríe. Nada es imposible para mí. Tengo seis años. Todo el mundo es mío. Nadie me duele. No lo toco. No me toca. No conozco su lengua. Ni ella a mí. Soy hermosa. Me lo dice. Le creo. Bebo. Me arden las encías. Edificios otra vez. Boca arriba. Miro el techo. Leo “tengo que hacer la maleta del ser/tengo que existir haciendo maletas”. Claro. Otro cigarrillo. El lunes lo dejo. A partir del lunes no me muero más. No voy a dormir. Martín me llama. Me pregunta por el chiste. Le digo el lobo le dice a caperucita ai lobiu y caperucita le responde ai caperucitiu. Se ríe. Se va. Lo pierdo. Se me cierran los ojos. Levanto las piernas. Las apoyo en los edificios. Crezco. Quiero que él me abrace y es imposible. Ya no me duele. Le digo andate. Le digo me voy. Es de verdad. Suspiro. Nadie se parece a él. Son todos inofensivos. Otra lágrima. Me la seco. Sonrío. Suspiro. A vos también te extraño, ácrata. Soy un espejo. Nadie me mira a mí. Buscan su imagen. Salvo, él, quizá. Me rompo. Lo miro. Estoy descalza como la última vez. No me quiere. Nunca vamos a envejecer. Boca abajo. Escribo. Ya no me importa. No entiendo. Ganas de llorar. Me siento.

3 comentarios:

Lucas dijo...

Difícil poder decir "me gusta", pero hay ciertas cosas que causan una especie de nostalgia, o algo así como "nostalgia ajena".
Como cuando lees algo y de alguna manera te causa ternura o una calidez rara.
En fin, difícil de explicar, y difícil de no sentirme incómodo haciéndolo..pero me pareció lindo :)

... dijo...

Gracias Lucas :)

Saludos

Unknown dijo...

La simpleza con la que transmitis todo lo que expresas es admirable y no puedo seguir escribiendo este comentario sin felicitarte, no solo por la forma en que escribis sino por la claridad, sinceridad, inocencia,certeza, tristeza y ternura que le transmitis al lector.
No se como explicar la manera en que me atrapó
y me hizo sentir que te conocia, que teniamos mucho en común sin siquiera saber quien sos.
Exitos.