jueves, 31 de diciembre de 2009

Todavía no lo creo pero titilas y me decís hola,
resultaste ser de este mundo aunque sonás a una excepción, a ese material que realmente no existe por más vuelta que una le de y por mas conjetura vana;
entonces existis y ahí estas,
un conglomerado de ternura o un par de ojos inquietantes y enormes,
por si fuera poco resulta que naciste hace tanto y hace tan cerca,
mientras yo estaba ocupada ofreciendo el tótem de mi cuello a muchas avispas y algún que otro aguijón,
tu sonrisa es una prolongación, abarca el mundo aunque te sonrojás,
es milagrosa e indecentemente buena
Te forman toda las formas, sos un mapa con montañas, ríos y hasta llanuras
Realmente desconozco como explicarlo, pero:
te inventaría toda la vida, otra vez te volvería a encontrar en cualquier zócalo de cualquier casa, en una pensión en París o en mis medias rayadas,
en un cuento de las mañanas aburridas y soleadas del 128
en cada carcajada del alma o moretón del brazo

Intento decir que ningún viaje es imposible si sos vos el del asiento de al lado,
corazoncito explotado de cerámica, de palillos y platillos,
tenés demasiado ancho el pecho,
te faltan muchos miedos para ser como yo
inesperado, iluminás como un rayo, las tinieblas del dolor.





Dedicado íntegramente al emplatado mas emplatado de todos, Sr. Leonel Ditarcio.

martes, 29 de diciembre de 2009

El alma que sufrió de ser cuerpo

Tú sufres de una glándula endocrínica, se ve,
o, quizá,
sufres de mí, de mi sagacidad escueta, tácita.
Tu padeces del diáfano antropoide, allá, cerca,
donde está la tiniebla tenebrosa.
Tú das vuelta el sol, agarrándote el alma,
extendiendo tus juanes corporales
y ajustándote el cuello; eso se ve.
Tú sabes lo que te duele,
lo que te salta al anca,
lo que baja por ti con soga al suelo.
Tú, pobre hombre, vives; no lo niegues,
si mueres; no lo niegues,
si mueres de tu edad ¡ay! y de tu época.
Y, aunque llores, bebes,
y, aunque sangres, alimentas a tu híbrido colmillo,
a tu vela tristona y a tus partes.
Tú sufres, tú padeces y tú vuelves a sufrir
horriblemente,
desgraciado mono,
jovencito de Darwin,
alguacil que me atisbas, atrocísimo microbio.

Y tú lo sabes a tal punto,
que lo ignoras, soltándote a llorar.
Tú, luego, has nacido: eso
también se ve de lejos, infeliz y cállate,
y soportas la calle que te dio la suerte
y a tu ombligo interrogas: ¿dónde? ¿cómo?

Amigo mío, estás completamente
hasta el pelo, en el año treinta y ocho,
nicolás o santiago, tal o cual
estés contigo, con tu aborto o con-
migo
y cautivo en tu enorme libertad,
arrastrado por tu hércules autónomo...
Pero si tú calculas en tus dedos hasta dos,
es peor; no lo niegues, hermanito.

¿Qué no? ¿Qué si, pero que no?
¡Pobre mono!... ¡Dame la pata!... No. La mano, he
dicho.
¡Salud! ¡Y sufre!




de "Poemas humanos", Cesar Vallejo

domingo, 20 de diciembre de 2009

Padre II

Me siento en este umbral
nuestras huellas todavía están pegadas
retorna como una ola
la orgásmica sensación
de que es posible detener este
nuestro tiempo
pero me aburre sentirlo
y me desconcentro
pensando en cuanto hace que soy mujer
y no creo en Dios ni en los noticieros

mi cuerpo te extraña con una vehemencia
que mi mente es incapaz de abarcar
y la tristeza que no sabe llegar completa
que se detiene en el momento exacto
en el que seguís enseñando
la sonrisa a pesar de todos
y mi corazón da mil vuelcos
Me siento en este umbral
que congela los paisajes
cruzo la línea de fuego
y me pongo a relatar tu historia
que ya no te pertenece
es una historia de pantanos y monstruos
que nunca supiste ahuyentar
que se volvió tu cara
y ahora es todos tus gestos
tu historia de ceño fruncido y zorzales y nidos
la llevo conmigo aunque no quiera
porque así esta hecho el mundo
porque creo que esto es crecer
una falsa evolución
la reivindicación de lo no esencial
y algunas boludeces mas
que me dijeron señores y libros
me estoy inflando tanto con todo
se me está marcando la piel
me estoy sabiendo indeseable
violenta y deslumbrada
vos que ya no creces
que te estas transformando en un niño
sentate conmigo en el umbral
te necesito para volver
alguna que otra vez
al paraíso de las paredes recien pintadas
esas que ves cuando cerras los ojos
y te decimos que no existen
el paraíso donde la conciencia pasa inadvertida
y vivir es
solemne y descabelladamente
jugar, amar y confundir.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Julito

Cada reunión de gerentes internacionales, de hombres-de-ciencia, cada nuevo satélite artificial, hormona o reactor atómico aplastan un poco mas nuestras falaces esperanzas. El reino será de material plástico, es un hecho. Y no que el mundo haya de convertirse en una pesadilla orwelliana o huxleyana; será mucho peor, sera un mundo delicioso, a la medida de sus habitantes, sin ningún mosquito, sin ningún analfabeto, con gallinas de enorme tamaño y probablemente dieciocho patas, exquisitas todas ellas, con cuartos de baño telecomandados, agua de distintos colores según el día de la semana, una delicada atención del servicio nacional de higiene, con televisión en cada cuarto, por ejemplo grandes paisajes tropicales pare los habitantes del Reijavik, vistas de iglus para los de La Habana, compensaciones sutiles que conformaran todas las rebeldías, etcétera.
Es decir un mundo satisfactorio pare gentes razonables.
¿Y quedará en el alguien, uno solo, que no sea razonable?
Se puede matar todo menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña.

martes, 8 de diciembre de 2009

Viejo divino dónde vas

Quisiera encontrarte alguna vez, y cuando digo alguna vez digo cuando ya no sea posible, cuando ya no existas mas que en partes mías, que seas una aparición de pantalones agujereados guiñándome un ojo, que me frenes el camino y me digas no muñeca seguí por la otra rutita, yo estoy al lado tuyo y me abraces otra vez, como recién, cuando me dijiste eso que seguro ya no recordas, pero que a la vez sí, y aunque no tenga mas explicaciones que tus ojos transparentes o tu panza para este torbellino de acido y miel que se llama lo que sos.

lunes, 7 de diciembre de 2009

El torturador del trébolcititititititito

" (...) Como por sobre ascuas tendrá que decir que la colocaba todos los días próxima e intocada de los rayos del sol y tenía la prolijidad de crueldad de alejarla con el avanzar de la mancha del sol. Apenas la regaba para que no muriera y en cambio la rodeaba de recipientes de agua y había inventado fieles rumores de lluvia y lloviznas vecinas que no llegaban a refrescarla. Tentar y no dar. El mundo es una mesa tendida de la Tentación con infinitos embarazos interpuestos y no menor variedad de estorbos que de cosas brindadas. El mundo es de inspiración tantálica: despliegue de un inmenso hacerse desear que se llama Cosmos, o mejor: la Tentación. Todo lo que desea un trébol y todo lo que desea un hombre le es brindado y negado. Yo también pensé: tienta y niega."
de Macedonio Fernandez - "Tantalia".