jueves, 31 de diciembre de 2009

Todavía no lo creo pero titilas y me decís hola,
resultaste ser de este mundo aunque sonás a una excepción, a ese material que realmente no existe por más vuelta que una le de y por mas conjetura vana;
entonces existis y ahí estas,
un conglomerado de ternura o un par de ojos inquietantes y enormes,
por si fuera poco resulta que naciste hace tanto y hace tan cerca,
mientras yo estaba ocupada ofreciendo el tótem de mi cuello a muchas avispas y algún que otro aguijón,
tu sonrisa es una prolongación, abarca el mundo aunque te sonrojás,
es milagrosa e indecentemente buena
Te forman toda las formas, sos un mapa con montañas, ríos y hasta llanuras
Realmente desconozco como explicarlo, pero:
te inventaría toda la vida, otra vez te volvería a encontrar en cualquier zócalo de cualquier casa, en una pensión en París o en mis medias rayadas,
en un cuento de las mañanas aburridas y soleadas del 128
en cada carcajada del alma o moretón del brazo

Intento decir que ningún viaje es imposible si sos vos el del asiento de al lado,
corazoncito explotado de cerámica, de palillos y platillos,
tenés demasiado ancho el pecho,
te faltan muchos miedos para ser como yo
inesperado, iluminás como un rayo, las tinieblas del dolor.





Dedicado íntegramente al emplatado mas emplatado de todos, Sr. Leonel Ditarcio.

No hay comentarios: