martes, 17 de noviembre de 2009

Es inconfesable
pero la espera nunca termina
se levanta

mientras el despertador
sigue soñando,
lo arranca de un golpe
y la ama
cada segundo mucho mas
que el anterior
aunque se le esfume
aunque solo hayan sido
eso
dos ficciones
un cuento;
la incomodidad solía excitarlas
algunas alegrías no están permitidas
decían
y se miraban sucias,
delicadamente perversas,
decididamente hipócritas,
en el piso, empapadas,
sus letras:

Siempre fuiste mi futuro, mi esperanza de escapar, de entender esto que inevitablemente soy, pero que, puta, no quisiera ser. ¿Qué voy a hacer sin tu garganta? El mundo es un hielo, nadie me conoce, nadie más, daría el sol por volver a entrar en tu cuerpo, por oler tus agujeros, ¿brillan tus ojos cuando la miras? Gracias a Dios que la tormenta terminó pero ahora que hay viento, soy un escalofrío, y todo es lo que me falta, vos sabes, acá solo importa lo que sobra
La realidad es un simulacro
anteojos para ciegos
que compramos para poder ver
el delineador en la cara
los breteles rosas
mascaras, otra vez
la llave la gira
apoya en el asfalto
como todos los días
sus dos pies.




(Te quiero)

No hay comentarios: